Es conocida la frase de “mente sana, cuerpo sano” y dicha frase tiene su razón.
Para mantener un cuerpo y mente sanos necesitamos de la actividad física, no sólo ayuda a vernos mejor, sino a sentirnos mejor.
La actividad física estimula sustancias químicas cerebrales que hacen que te sientas más relajado, contento y menos ansioso, por lo que mejora tu estado de ánimo.
El ejercicio aumenta la energía, mejora la fuerza muscular y aumenta la resistencia, por lo que si te sientes cansado después de hacer la compra o los quehaceres domésticos, quizá sea una buena idea comenzar una rutina para desarrollar condición física.
La actividad física regular ayuda a conciliar el sueño más rápido, por lo que si sufres de insomnio, el ejercicio puede ayudar, sólo no lo realices cerca de tu horario de sueño ya que puedes sentirte con mucha energía como para irte a acostar.
Se recomienda realizar 30 minutos de ejercicio regular cinco veces a la semana o 20 minutos de ejercicio intenso 3 veces a la semana para mantenerte saludable.
2 tipos de ejercicios
Ejercicio aeróbico:
Se relaciona al sistema respiratorio y cardíaco, si lo que buscas es mantener los pulmones, el corazón y los músculos sanos, algunas de las actividades que puedes realizar son: natación, correr, montar tu bici, saltar la cuerda, hacer cardio con algún video de YouTube, etc. Se suele utilizar para bajar de peso, ya que este tipo de ejercicio funciona para quemar grasa.
Ejercicio anaeróbico:
Son actividades físicas de alta intensidad pero de poca duración, dichos ejercicios funcionan para tonificar el cuerpo y ganar masa muscular. Algunos ejemplos son: levantamiento de pesas, realizar abdominales, carreras cortas, etc.
Decidirte por un tipo de ejercicio depende de los objetivos que quieras alcanzar, asimismo se pueden combinar para conseguir los beneficios que buscas.
Al hacer ejercicio piensa: “Me estoy convirtiendo en una persona fuerte y saludable” o “Estoy fortaleciendo mi corazón, pulmones y renovando mi energía” y así puedes motivarte para seguir adelante.
