En toda intervención quirúrgica es necesaria la historia médica del paciente donde se detallan elementos como enfermedades, intervenciones previas o circunstancias que puedan afectar el proceso de la cirugía.
El tabaco y la cirugía estética se asocian por el hecho de que la cicatrización puede ser más lenta o de menor calidad cuando una persona es fumadora.
Para cicatrizar, los tejidos necesitan del oxígeno y el tabaco propicia lo que se conoce como vasoconstricción, lo que provoca que disminuya el aporte de oxígeno a los tejidos.
Generalmente, se recomienda que se suspenda el consumo de tabaco como mínimo de 2 a 4 semanas antes de ciertas cirugías, con el objetivo de disminuir las probabilidades de alguna complicación y conseguir una óptima cicatrización, además durante el postoperatorio también deberá interrumpirse el hábito del cigarro.
A grandes rasgos ese es el panorama de la cirugía estética y el tabaco, sin embargo, el médico dará una mejor valoración respecto a este tema.